martes, 2 de junio de 2015

Almendra dulce (Prunus dulcis)

Origen y Descripción
Originario de las regiones montañosas de Asia central desde épocas antigüas, en la actualidad su cultivo está extendido a las regiones de clima templado de todo el mundo.
Perteneciente a la familia de las rosáceas, es un arbolillo de pequeño porte, caducifolio, de hojas alternas lanceoladas y floración precoz de blancas flores delicadas de cinco pétalos y aroma dulce e intenso.
Los frutos albergan una semilla de tamaño generoso, rica en grasas y comestible.
De los frutos secos de este árbol se obtiene el aceite de almendras dulces, a través de presión en frío de la semilla, de alto contenido graso, mediante sistemas mecánicos, manteniendo entonces el aceite resultante todas las propiedades del fruto intactas. En los casos en los que además se le aplica un proceso de refinado, el aceite pierde alguna de las cualidades.
El aceite es de aroma agradable, ligera coloración amarillenta (más blanquecinos los refinados), graso al tacto. Rico en vitaminas (A, E, B1, B2,...), proteínas y sales minerales, hierro y calcio.

Uso y Propiedades
En cosmética natural es muy utilizado como aceite base, tanto en aceites de masaje como en emulsiones y cremas, por su poder portador y fácil absorción en la piel. También es un excelente aceite base en la elaboración de oleatos.
Aplicado en la piel tiene propiedades calmantes, suavizante, hidratante y protector. Alto poder humectante.
Proporciona elasticidad a la piel mejorando su apariencia. En este sentido es un todoterreno en la prevención de arrugas y estrías.
Es muy eficaz en el tratamiento de pieles irritadas, con tendencia a la sequedad, deshidratación o descamación. Por ello está indicado en alteraciones de la piel como psoriasis, dermatitis, eccemas, herpes, prurito, heridas o quemaduras leves.
En tratamientos faciales es efectivo como limpiador y como suave exfoliante.
Apto para todo tipo de pieles, sensibles, normales y secas.
Como aceite corporal puede usarse en embarazadas y bebés.
Es utilizado también en el tratamiento de cabello, devolviendo a los secos, castigados y quebradizos una suavidad y brillo natural. También es un buen aliado contra la calvicie, debido a su alto contenido en ácidos grasos oléico y palmítico.
Aporta dureza y cremosidad al jabón.