miércoles, 14 de mayo de 2014

Jabón de Karité, Lavanda y Semillas de Amapola

La nueva remesa del clásico Jabón de Lavanda incorpora en esta ocasión semillas de amapola.
Con ello, a sus efectos hidratante (que aporta la manteca de karité) y regenerador y calmante (aportados por el aceite esencial de lavanda), se une un suave efecto exfoliante, obteniendo un jabón muy completo, de espuma cremosa y delicado poder de limpieza, apto para la higiene diaria de todo tipo de pieles.
Completan su fórmula los aceites de oliva virgen, coco, palma, maíz y cera virgen de abeja.


Las semillas de amapola se han incorporado a este jabón como suave exfoliante.

Éstas semillas se encuentran fácilmente en comercios de alimentación y herbolarios, y han logrado su popularidad por sus efectos saludables incorporadas a la alimentación. Son una gran fuente de calcio, con un alto contenido en vitamina A y efecto antioxidante, ayudando a proteger la piel y el cabello. También aportan hierro y son ricas en ácidos grasos Omega 3.
Pueden tomarse en infusión, obteniendo un efecto relajante y una mejora de la expectoración en casos de tos y resfriado.
En la cocina es frecuente su uso en panadería en países del centro y este de Europa, estando presentes en las cubiertas de todo tipo de panes, dulces y postres. En nuestro país hace tiempo que vienen siendo conocidas, introducidas por corrientes afines a alimentación ecológica, herbolarios, ... En la cocina diaria es fácil y divertido su consumo, incorporándolas a masas de horno, ensaladas o vinagretas. Aportarán todas sus propiedades, además de un punto crujiente muy agradable.





* En general, el uso de los aceites esenciales de las especies pertenecientes a la familia de las labiadas (lavanda, espliego, romero, salvia,...), así como de los productos que los contienen (como el caso de este jabón) están contraindicados en mujeres en las etapas de embarazo (ya que pueden aumentar el riesgo de aborto) y lactancia.

lunes, 12 de mayo de 2014

Lavanda (Lavandula officinalis)


Descripción
Matas perennes, por lo general escasamente leñosas, pelosas en muchos de sus órganos y con glándulas esenciales. Las flores de color azul que se disponen en la extremidad del tallo son muy aromáticas y proporcionan un olor característico.
Su nombre proviene del latín, lavare (lavar o lavarse), ya que los antiguos romanos lo utilizaban para sus baños higiénicos.
En la antigüedad, Dioscórides, Galeno y  Plinio mencionaron los aceites de espliego y stoechas. La lavanda era cultivada en los jardines de plantas aromáticas de los monasterios europeos. Antiguamente era considerada estimulante, tónica, estomáquica y carminativa. El botánico Mathiole, en el siglo XVI consideraba sus flores como la más eficaz de todas las panaceas. En la época del renacimiento, sus hojas eran añadidas en las ensaladas, sustituyendo muchas veces a la menta.
Las flores de lavanda se recogen para uso cosmético y perfumería en el período de máxima floración (estación estival). De ellas se extraerán los aceites esenciales.
 El aceite presenta una nota baja-media balsámica maderada, que combina bien con la mayoría de los aceites, especialmente cítricos y florales; también con pino, geranio y vetiver. Otros aa ee que funcionan bien con ella son: zanahoria, camomila alemana, salvia clara, patchoulí, pino, rosa y romero.
Es uno de los pocos aceites esenciales que pueden utilizarse puros sobre la piel para tratamientos de masaje, ya que sus propiedades limpiadoras y desinfectantes ayudan mejorar el estado de la misma
No por ser uno de los aceites esenciales menos tóxicos, debemos bajar la guardia. Hay que utilizarlo siempre rebajado en un 10% con aceites base de tipo vegetal.


Propiedades

  • Reduce la presión arterial (casos de hipertensión). Reduce la tensión muscular, alivia el dolor, el reumatismo y los daños en los ligamentos.
  • Como antiséptico,  controla la producción de grasa y estimula la circulación. Ayuda a sanar ampollas y a rejuvenecer la piel, usado tambien para tratar  heridas, quemaduras, inflamación, soriasis y arrugas.
  • Tratamiento de alopecia y cabello seco y quebradizo.
  • En relación a la piel, ayuda en los  abscesos, acné, rosáceas, alergias, pie de atleta, furúnculos, contusiones, caspa, dermatitis, dolor de oídos, eczema, inflamaciones, picaduras y mordeduras de insectos, repelente contra insectos, piojos, psoriais, tiña, sarna, llagas, granos, pieles de todos los tipos (es muy apropiada para pieles grasas), quemaduras solares, heridas.
  • Ayuda a la hidratación efectiva de pieles maduras.
  • Suaviza pies y manos agrietadas
  • Refrescante y relajante, el aceite esencial de lavanda es  usado para tratar depresión, estres,  insomnio, fatiga nerviosa. Produce claridad y alerta mental.
  • Combate el mal humor .
  • Limpia los ambientes.

NOTA: La esencia de lavanda puede producir alergias en individuos sensibles, en los que puede llegar a provocar una excitación del sistema nervioso central.

Existe una especie relacionada denominada lavandina. Se trata de un híbrido de la lavanda y el espliego que surge de forma espontánea en zonas donde crecen juntas espontáneamente o por cultivos seleccionados. Sus efectos en aromaterapia son menores.

Fuentes consultadas
http://www.aceitesesencialesde.com/
http://www.casapia.com/dietetica-herbolario/las-plantas-medicinales/
http://www.alambiques.com/

Karité (Vitellaria paradoxa)


Origen y Descripción
El karité (Vitellaria paradoxa) es un árbol que crece de forma natural en África occidental, donde se presentan las características de subsuelo más influyentes en su desarrollo, especialmente en regiones de Burkina Faso, Costa de Marfil, Malí y Senegal.
Alcanza alturas de hasta 15 metros y desarrolla diámetros que en ejemplares añosos superan el metro. Es una especie muy longeva (puede superar los 300 años), lo que influye en su producción de fruto también sea tardía. La primera fructificación aparece a los 15 años de media, considerándose alcanzada su edad adulta a los 30. Las mayores cosechas de fruto se recolectan cuando el ejemplar tiene entre 50 y 100 años (Rendimiento orientativo: 20 Kg fruto fresco = 5 Kg fruto seco = 1 Kg manteca de karité).
Recibe el nombre de karité, que significa árbol de mantequilla debido al aprovechamiento que en tierras africanas se hace desde antiguo de sus frutos para la obtención de la manteca. El proceso de obtención de la manteca de karité es ancestral y artesano, realizado desde antiguo por los colectivos de mujeres. También llamados nueces, los frutos son drupas carnosas con una almendra de cáscara fina, que se someten a un proceso de ebullición y triturado, obteniendo así la grasa vegetal de color miel,  la manteca de karité. La mantequilla que se destina a productos cosméticos se obtiene presionando en frío los cotiledones ricos en grasa, obteniendo así la mantequilla de color blanco marfil.

Propiedades
La composición de la manteca [ácido palmítico (2-6%); ácido esteárico (15-25%); ácido oleico (60-70%); ácido linolénico (5-15%); ácido linoleico(<1%); vitaminas A, D, E y F] le confiere propiedades muy apreciadas en la industria cosmética, entre las que destacan:
• Acción protectora contra la sequedad de la piel, proporciona una hidratación duradera e intensa, nutriendo la piel y el cabello seco y castigado. Además es un remedio efectivo y suave en el tratamiento del cambio de pañal y masajes diarios en bebés, mejorando la elasticidad de la piel.
• Prevención y tratamiento para el envejecimiento cutáneo, actúa como regenerador celular, ayudando a prevenir arrugas y estrías.
• Protección contra eritemas solares (inflamación de la piel caracterizada por manchas rojas). La película protectora que crea sobre la piel actúa como protección frente a los rayos solares (ojo!! En función del tipo de exposición solar y del tipo de piel será necesaria la aplicación conjunta de un protector solar efectivo) y frente a condiciones adversas de sol y frío.
• Acción cicatrizante de las heridas, suavizando las cicatrices, además de ayudar al tratamiento de dermis escamosas, para manos secas y agrietadas, y para el tratamiento de ulceración de la piel, quemaduras solares y eccemas. En este sentido, es apropiado para la protección de la piel de personas obligadas por diversos motivos a una inmovilidad permanente.
• Es apropiada para pieles secas y delicadas, y tolerada por personas con tendencias a reacciones alérgicas.
• Puede ser usada en zonas donde la piel es muy sensible, como son las membranas mucosas y alrededor de los ojos.

Utilizada también en la cocina local y en fabricas chocolateras.

Contraindicaciones y precauciones
La manteca de karité contiene látex natural. Aunque no es exactamente la misma que la savia del árbol de caucho (Hevea brasiliensis), es muy similar en composición química por lo que las personas que sufren alergia al látex deben hacer una prueba de alergia antes de usar cualquier producto que contenga en su composición manteca de karité.

Fuentes consultadas
http://es.wikipedia.org/wiki/Vitellaria_paradoxa
http://coloresdelmundotida.blogspot.com.es/p/cosmetica.html

miércoles, 7 de mayo de 2014

Jabón de Castilla, 100% aceite de oliva virgen

"Al otro lado de la cordillera, donde los días son más largos..." 
(Hnos. Puebla)

Fue en tierras castellanas donde se empezó a hacer este jabón, aprovechando la abundante despensa de aceite de oliva disponible en los territorios pertenecientes a la Corona de Castilla durante los siglos XVII y XVIII. Era un jabón de excelente calidad que permitía no tener que depender de la escasa y cara grasa o sebo animal con la que el resto de países europeos fabricaban sus jabones en la época. Así, las fábricas que realizaban este jabón compuesto por un 100% de aceite de oliva fueron instalándose a lo largo y ancho de todo el territorio peninsular, cobrando especial importancia las instaladas en Andalucía, donde recibían el nombre de “almonas”.
Aunque en la actualidad  no se mantiene en funcionamiento ninguna de estas fábricas (salvo en Palestina donde, desde 1611, aún sobreviven algunas fieles a la fórmula del 100% aceite de oliva), hasta nuestros días ha llegado su receta tradicional, prueba de que cuando algo es bueno y funciona, así debemos mantenerlo, preservarlo y transmitirlo.


De esta tradición resulta un jabón duro, muy viscoso y que genera una espuma fina de diminutas burbujas. Las excelentes propiedades del “oro líquido” se transmiten a la piel, ideal para todos los tipos, especialmente las secas, maduras y/o sensibles, aunque al ser no graso y no comedogénico (no obstruye los poros) también puede usarse en pieles grasas.
Si queremos reforzar sus propiedades hipoalergénicas, no añadiremos aromas ni coloración extra a la fórmula, siendo entonces uno de los jabones naturales más adecuados para el tratamiento de la piel delicada, como la de los bebés.
Podemos encontrar variaciones de este jabón en las que, junto al aceite de oliva como componente principal (se acepta como Jabón de Castilla aquel que lleva al menos un 50% de aceite de oliva en su composición), se incluyen también otros aceites como el de coco y almendras, buscando una mayor producción de espuma y un aumento de las propiedades emolientes, respectivamente. El resultado en estos casos sigue siendo un jabón de gran calidad.

En nuestro caso quisimos hacer una receta fiel a la tradición, con el aceite de oliva virgen extra como único ingrediente en la fórmula. Éste es el resultado tras 6 semanas de secado, a partir de las cuales puede ya utilizarse el jabón. No obstante, este tipo de jabón gana calidad cuanto mayor es su tiempo de curado.

Espero que os guste.