Jabón de Rassoul y Argán

Este es el primer jabón de 2013. Uno de mis preferidos hasta el momento.
Es un jabón con mucha influencia marroquí, ya que sus dos componentes principales que lo definen son originarios de Marruecos.
Por una parte el aceite de Argán, el oro líquido de marruecos, extraído a través del prensado de las semillas del fruto del árbol del mismo nombre (Argania spinosa), árbol endémico de Marruecos, que aparece en la   franja desde Taroudant y Tiznit, hasta el desierto del Sahara. Este aceite que, reconozcámoslo, conocemos desde hace poco en occidente, sobre todo si lo comparamos con los muchos cientos (o incluso miles?) de años que viene siendo su manejo la base fundamental de la cultura bereber marroquí, donde se ha transmitido el conocimiento de sus propiedades de unas generaciones a otras.
El hecho es que en la actualidad este aceite es conocido y apreciado mundialmente, entre otras virtudes por sus propiedades cosméticas, entre las que destacan su poder antioxidante, así como sus efectos nutritivos, hidratantes y estimulantes de la irrigación sanguínea.
Si a esto le añadimos la arcilla de Rassoul, con propiedades purificantes para la piel, el resultado es todo un lujo de jabón para nuestra ducha diaria, que nos permitirá tener una piel sana, vigorosa, hidratada y con elasticidad.
La fórmula de este jabón se completa con aceite de oliva, aceite de coco, aceite de palma, ácido esteárico, aceite de ricino y aceite de maíz.
Los aceites esenciales elegidos (hierbabuena, sándalo e incienso) añaden al jabón, además de las múltiples propiedades que aporta cada uno, un aroma que termina por transportarnos a estos maravillosos lugares sin salir de la ducha,...
Sí, se que estáis deseando probarlo, pero como todo lo bueno, tendrá que esperar sus 4 semanas de curado para estar a punto.
Hasta entonces, os dejo las primeras fotos de algunas de las pastillas recién cortadas y colocadas ya en el secadero de jabones.